La recordamos como una persona muy generosa, alegre y hospitalaria, caritativa, amable y espontánea.  Era buena esposa y madre.  Se dio a querer muchísimo y era buena cocinera.  Era buena hija.  Le encantaban mucho las flores, en especial los rosales y la quisimos mucho por su forma de ser, así amigos, creo que son muchas cualidades para mencionarlas.  Era una excelente cocinera entre otras y le gustaba vestir bien.  Ofrecía su casa para algunas actividades bahá'ís incluyendo la clase de niños y otras.

Que Dios la tenga en su Reino de Abhá.

Pensamientos del tío, Rafael Ramirez

Fue una de las primeras personas en ofrecer su casa para tener una clase de niños en Mexicali en la cual participaban sus dos hijas y en la cual estuvieron inscritos casi 15 niños.  Estuvo padre la fiesta de fin de año con ellos.  Todavía conservamos la lista de asistencia.