MONA MEXICALI

El grupo Mona Mexicali nació en los años 1993, 1994 a la par de grupos similares en todo el mundo pues formó parte de un movimiento de servicio al mundo de la humanidad.

Inició como muchos con un grupito de jóvenes de entre 14 y 20 años con grandes ideas y un ánimo por hacer algunas actividades de apoyo a la comunidad.

Una jovencita llamada Patricia Velarde de Ensenada fue de vacaciones a Vancouver y conoció a un grupo que ofrecían mensajes bailando y los grabó para tratar de utilizarlos en Baja California.  Buscó a sus amigos de Mexicali, sobre todo a algunos que ya estaban en el Taller de Danza Folclórica Ollín Yollizli de la Universidad Autónoma de Baja California, Campus Mexicali.

Los muchachos se entusiasmaron y seis de ellos fueron a Ensenada y en un fin de semana largo de 4 días se aprendieron los bailes básicos y quedaron de seguir adaptándolos a las realidades de México.

Los padres de varios de los chicos les brindaron todo su apoyo y muy pronto ya se tenía un grupo de 15 a 20 muchachos que trabajaban arduamente cada fin de semana 4 horas en promedio tanto en los salones de danza de la universidad como en los patios traseros de sus propias casas.

Parte del tiempo se conformó en un taller donde se revisaban valores basados en una serie de libros del Instituto Ruhi de la comunidad Bahá'í. Se estudiaba el Libro 1 o Brillo del Espíritu con la idea de que los chicos se entregaran a trabajar con la idea de ayudar a la comunidad, ejemplificando la idea de que “...el mejoramiento del mundo puede ser logrado por medio de una conducta loable y correcta por medio de hechos puros y hermosos.”

Rápidamente el grupo mejoró en disciplina y expresión y realmente los bailes lograron tener un toque más latino. Poco después se crearon otros bailes con música mexicana y se agregó la participación de algunas danzas folclóricas mexicanas y músicos interpretando algunos sones, choropos y huapangos con lo cual se le dio al grupo Mona su sello característico mexicano.

Fueron hermosos años de labor, de ensayos, de presentaciones y de mucha satisfacción

El grupo Mona tomó su nombre de una joven llamada Mona quien nació en el país Irán, antes Persia, que como todos sabemos, en esos países la religión prevaleciente es el Islam y en los años 80s regresó al poder el Ayyatolah Homeni quien re instalo en ese país las leyes más endurecidas del Islam según su propia interpretación y se dieron a la tarea de eliminar a cualquier otra religión en especial las que consideraron como traidoras, como el judaísmo y a la Fe Bahá'í, también a grupos comunistas y a muchos artistas entre otros. Mona pertenecía a la Fe Bahá'í y por lo mismo ella y otras compañeras daban clases a los niños en pequeños grupos o en sus casas porque los niños bahá'ís no se les permitía estudiar en las escuelas por su religión. La policía la capturó y juntó a otras 8 mujeres bahá'ís, la mayoría estudiantes de la universidad (ahora ya no pueden estudiar). En promedio tenían 23 años y fueron sentenciadas a morir. Mona, siendo la más joven de apenas 15 años, pidió ser la última en morir para que sus compañeras no sufrieran su muerte.

A los muchachos de Mexicali les conmovió su historia y de ahí el nombre a su grupo.

Años mas tarde un amigo iraní que vive en Aguas Calientes fue a Irán a visitar a su madre enferma y conoció a la madre de Mona y le contó que en el norte de México existía un grupo de jóvenes que le pusieron el nombre de Mona en su honor por lo que, según nuestro amigo, esa mujer que tan orgullosa y agradecida, envió sus bendiciones a todos los jóvenes mexicanos.

Para los jóvenes mexicalenses esta historia parecía un cuento pero poco a poco fueron percatándose de la realidad de que somos un solo país en este planeta.

Los bailes en realidad eran como una obra de teatro en diez minutos dando un mensaje concreto que llegaba al corazón. Resultaba muy emocionante observar las caras del publico y ver cómo se transformaba y en muchas ocasiones las lagrimas rodaban por sus mejillas como un reflejo incontrolable y al final de las presentaciones se acercaban agradeciendo a los muchachos quienes a veces se aturdían.

Se debía luchar constantemente con el ego de los las estrellitas para no perder el piso. Era indispensable que al terminar se cerrara con una plática corta o para tener actividades de servicio como limpiar o pintar o tan solo platicar.

Los muchachos se transformaban en el escenario:  brillaban, brillaban.

Las invitaciones llovieron.  Se visitó escuelas, en especial secundarias en Mexicali, en Tecate, en Tijuana, en Ensenada, en Sonora, en el Edo, de México, en el D.F., en el Castillo de Chapultepec, en el Bosque de Chapultepec, en Huamelulpan, en el Parque Hundido, Celaya, Colima, Guadalajara, Queretaro, en varios poblados de Yucatán, en Mérida, y en todo el estado de Oaxaca, poblado por poblado, de Oaxaca al Itzmo de Tehuantepec.

Por cierto que compartió una actividad con los grupos indígenas de Oaxaca y mucha gente cuando supo que el grupo venía de Baja California se acercó para saber si conocíamos a alguno de sus familiares.  Incluso el coordinador del INEA era de Mexicali y se sentía orgullosísimo con los muchachos.

Desde su inicio hubo presentaciones también en California, San Diego, Imperial, Chula Vista, toda el área, Los Ángeles, Arizona, Phoenix, Texas y hasta Vancouver, Canadá y la Havana, Cuba.

En 1997 se invitó a varios de los muchachos a formar parte de un grupo similar llamado Esperanza con entrenamientos en Chicago y Canadá. Fueron a Sud América, en especial a Ecuador, Peru, Colombia y más tarde hasta Rusia y Kazakistán donde llevaron el mismo propósito de unidad, arte y servicio.  Llevaron el nombre de México y de Mexicali de la Patagonia a Siberia.  Con los años los jóvenes se hicieron adultos jóvenes y ahora se está intentando reinciar con nuevos jovencitos pues hay mucho por hacer.